lunes, 28 de mayo de 2012

Blanco y negro sus colores

Hoy estoy tranquila, no me he despertado con ganas de chillar, ni odiando mi vida actual ni con ganas de hacer la maleta. Me he levantado con ganas de vivir la vida que me ha tocado vivir, me guste o no. Mi vida en Inglaterra.

Ya sé que hay veces que sólo me apetece mandar un wassap y decir "te veo en la peña a las 9, hoy es noche de nachos", o que me cago pensando que como entremos en guerra (GIBRALTAR!!ESPAÑOL!!) voy a ser un blanco fácil y voy a morir pronto porque nunca he sido de hacer mucho deporte y claro.. no me veo corriendo, porque siempre he defendido que correr es de cobardes... pero también se que tener un día bueno aquí, equivale a un mes extra de felicidad.

Por lo que el hecho de que otro de mis amigos exiliados en este país, haya conducido entre mocos y malestar 600 km para verme unas 24 horas alarga mi estancia en el país que vio crecer a Mr Bean.

Aunque siga sin encontrar piso (el último me falló también), aunque mi casa siga oliendo mal (ahora tengo testigos españoles que lo pueden verificar), aunque mis compañeros de piso sigan siendo un puto desastre, aunque me gastara dinero en un paquete de pringles que me he encontrado vacío en el cuarto de baño (me ha jodido mucho, muchísimo), aunque el escocés vea que hay millones de platos en la cocina y prefiera jugar al puto fifita de los huevos otra vez, aunque haya perdido mi tarjeta de crédito, aunque haya pasado todo eso... la visita me ha hecho sonreír, reír y seguir adelante.

Hoy me gusta Cornwall (o Cornualles, como más os guste) y su bandera más que nunca. Ya veremos que pasa el mes que viene.





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