viernes, 26 de abril de 2013

Un día de duro trabajo...

Hablando con mi amiga "la tonta" el otro día,  recordábamos como nos reíamos cuando yo trabajaba limpiando habitaciones (ahora mismo me sé de uno que anda por Irlanda que estará pensando: ¿TRABAJABA? Pues sí titi, ¡trabajaba duramente!).

La verdad es que he trabajado de todo un poco a lo largo de mi preciosa vida, pero esa etapa de camarera de pisos creo que nunca la olvidaré.

Es un trabajo difícil, pesado y asqueroso. Sobre todo asqueroso. Porque obviamente, no sólo vas a la habitación, limpias el polvo, haces la cama con los putos picos de hospital para que no se salgan las sabanas y le echas un agua a la bañera... ¡¡NO!!  Si hay unos calzoncillos de un señor de 90 años arrugados a los pies de la cama... ¡tienes que recogerlos!

Recuerdo el día que la tonta y yo estábamos haciendo una habitación, y nos encontramos con ese problemilla. Cada una a un lado de la cama, con los ojos muy abiertos y cara de asco... Fue algo así como:

- ¡Hostia pava! ¡Que asco!
- Kiya, cógelos.
- ¿Yo? Ni siquiera soy camarera de pisos, cógelos tú.
- Ni de coña, que fatiga. Cógelos tú que para eso yo soy jefa.
- ¿Tienes guantes?
- Mmmm... No.
- Pues yo no los toco, además, esta noche tengo que servirle la cena y me voy a reír en su cara seguro.
- Seguro que anoche folló y por eso están a los pies de la cama.
- ¡¡Ahhhh!! ¡¡Ahora si que no los cojo!!
- Venga ya tía, que no pasa nada. Mira, cógelos con esta percha.

Sinceramente, no recuerdo muy bien quién acabó cogiendo la percha y lanzando los calzoncillos al otro lado de la habitación, mi recuerdo se basa más en nosotras dos sentadas en el suelo riéndonos y los calzoncillos volando dirección la pared del fondo, lo que causó un segundo problema:

- Pero.. ¿Podemos dejar los calzoncillos en esa esquina?
- No sé... Mejor en la esquina que en la cama, ¿no? Así al menos, ven que hemos estirado las sabanas.
- Ya, pero están en el suelo, ¿no deberíamos doblarlos?
- Kiya, yo paso de tocar unos calzoncillos de un viejo follarín de los bosques.
- ¿En serio los vas a dejar en el suelo?
- Si, ¿no? O mejor, ¿y si los metemos en la basura?
- Bah, vamos a dejarlos en el suelo, no creo que pasa nada...
- Pues vale, yo solo sé que no pienso tocarlos... ¡ Ea! Habitación terminada, ¿Dónde vamos ahora?

Lo sé, lo sé, lo sé... Nada profesional pero... ¿Por qué creéis que está España en crisis? ¡¡Por gente como nosotras!! Y esto no es nada.. Si os contara el día que encontramos manchas marrones en la cama y vaselina en la mesita de noche...

lunes, 15 de abril de 2013

¡¡Arriba con ella!!

Cinco años hace que no la piso y sigo teniendo pena.

Aquí estoy tirada en el sofá comiendo aceitunas y bebiendo 7Up. Compadeciéndome de mí misma por no tener manzanilla para hacer un rebujito.

Tener un puzzle de Nueva York a medio hacer ni me ayuda ni me entretiene. Quiero estar entre farolillos y albero, no entre ingleses blancos, pecosos y borrachos.

Si lo pienso con calma, la feria nunca se ha portado bien conmigo, por lo que no debería tener tantas ganas de volver pero es que... ¡¡¡echo de menos estar una semana sufriendo!!! Todo el que me conoce sabe que la feria y yo no nos llevamos bien. Siempre, SIEMPRE, me pasa algo.

Recuerdo un año en el que me pasé la semana entera limpiándome las lágrimas que me caían sin sentido del ojo izquierdo. En las fotos estoy preciosa, con un orzuelo en el ojo y el pañuelito en la mano.

Otro año me caí al bajar del autobús la noche del pescaito (para los que no sepan que es, es la noche que empieza la feria, la noche del alumbrao) y me doblé el pie. Me pasé toda la semana cojeando.

Pero creo que la feria que todos mis amigos recuerdan, y nunca olvidarán, es la feria en la que creo que quedé estéril... Había una pelea en la caseta de al lado, como siempre, y yo, bajo los efectos del alcohol, decidí subirme a una silla para ver mejor, porque claro, no me podía meter en la caseta y quitarme de en medio, ¡¡no!! Yo tenía que saber, de primera mano, que es lo que pasaba.

El problema fue que no me fijé en que la silla era una de esas que se plegaban, y al poner un pie en dicha silla y otro en la barandilla de la caseta, la silla se plegó y me caí con la mala suerte que me clavé el respaldo en mis partes intimas.

Lloré, lloré mucho mientras mis amigos se reían. Sólo quería irme a mi casa, ponerme pomadita y acostarme. ¿Pero quién se va a casa a las 12 de la noche un jueves de feria? NADIE. Después de llorar, reír (sólo porque todos los demás lo hacían y a mi se me pegaba, claro) y gritar "me duele el coño" conseguí que un par de amigos me secundaran y quisieran irse a casa. Problema: obviamente, también estaban borrachos. Su idea de ir a casa sin dolor fue que yo me sentara en una silla y así ellos poder llevarme a hombros como si de la Macarena se tratara, pero nunca os fiéis de dos borrachos feriantes: os dejarán caer. Y dolerá. Dolerá mucho.

Estoy cien por cien segura, que aún hoy, después de tantos años, si todo el mundo se callara en el recinto ferial, se oiría el eco de: ¡¡Me duele el coño, coño, oño....!!

lunes, 8 de abril de 2013

Ya sea para sí o para no.

¿Alguna vez habéis pensado que nos pasamos el día mirando el teléfono por si nos llaman para una entrevista? Pero, ¿de verdad queremos ser entrevistados para un trabajo? Yo creo que los peores momentos de nuestra vida son los pre y post entrevistas. Por lo menos, los míos.

Me he hartado de mandar curriculums a todas partes. Los he mandado por correo, por mail, por infojob, por todotrabajo, por mandaloporaquiqueloscogemosatodosloprometo. ¡¡Incluso he pensado en mandarlos en folios de colores o perfumados a ver si llaman la atención!! Me he pasado así días, semanas, meses... y un día, cuando menos lo esperaba... Llegaba la llamada.

Normalmente te citan para un par de días después, por lo que me pasaba dos días de los nervios. Iba a la peluquería para parecer que voy siempre super mona,incluso una vez,  mi madre te echó un agua purificadora de algún sitio milagroso que visitó y yo mientras sonriendo con esa sonrisa de estoycagadaojalálohagatodobienaunqueesteaguahuelararo. Obviamente, no se lo decía a nadie más que a la familia - para que no se gafe - pero aún así me iba corriendo y pedía por alguna red social, digamos facebook, que encendieran velas por mí... Y lo hacían, claro, que para eso están los amigos.

Llegaba el día esperado, me vestía con mis mejores galas (y zapatos de tacón), me pintaba, me peinaba y cogía un taxi, porque obviamente, no habría aparcamiento donde iba a ir y no quería llegar tarde. El autobús se descarta, que como bien dijo mi hermano huele a chocho de vieja, y no quería oler así en ninguna entrevista.

La cosa es, que después de pasarme dos días histérica, de haber dejado a mis padres rezando en mi casa, y a mis amigos con las velas en las suyas... el entrevistador es un mierda que hace preguntas absurdas que no tienen nada que ver con el trabajo. Y si lo pensamos bien, eso si tenemos suerte, porque ¿qué me decís de los entrevistadores que van de que te adoran? "Uy, a mi me encantas, ¿eh? De verdad. Si fuera por mi, te cogería y empezabas ahora mismo, pero claro, tengo a 156 candidatos más que entrevistar, que muy buenos, que digo buenos, ¡¡ buenísimos!! tienen que ser, porque para mi, tú eres la persona que encaja." ¡¡Pues bonita!! ¡¡Eran geniales!! ¡¡Porque a mi va a ser que no me disteis el trabajo!!

Bueno, y que me decís de eso de.. "Tú no te preocupes, que en cuanto lo sepamos te llamamos, sea para sí o sea para no, pero te llamamos" Y tú sonríes otra vez, claro, que más vas a hacer a parte de preguntar cuando, y ellos te dicen que como muy tarde el miércoles.... Y tú esperas, y esperas, y esperas... Y no te llaman. Ni para sí, ni para no. Pasan de tu hermoso culo.

Lo que pasa que yo no me había dado cuenta de algo hasta que hablé con un par de amigos sobre esto... Ellos dicen que como muy tarde el miércoles .. ¡¡Pero no te dicen de que año!!

Yo estoy deseando ser empresaria, o entrevistadora, pienso vengarme de todos ellos, o no, ya veré, no lo sé... pero lo que si quiero es desearle mucha suerte a aquellos que esperan una llamada. Que seguro que esta vez sí que son tan buenos que no hay nadie más, y que el año en el que llaman es el 2013.

Porque las cosas buenas llegan a aquellos que esperan.