Ya no hay caballeros

- ¿Escribirás sobre mi?
- Sólo escribo sobre los que me joden, por decirlo de algún modo.
- Pero... ¿Escribirás sobre mi?
- Espero que no, aunque te veo con ganas...
- Sólo pregunto.
- Insistes, más bien...
- Porque me haría ilusión
- Tienes que portarte mal para eso. Tienes que ser un cabrón y merecerlo.

Debí suponer que eso era una muy mala señal. Pero claro, mi mayor defecto (y virtud) es que confío en la gente. Creo en la gente. Confío tanto que claro, siempre me las acaban dando con queso... una y otra vez.

No voy a contar su historia. Todavía no. No se la merece. ¿Algo tan buscado? No tío, no.

Sólo diré que empezó con la mejor frase que me han dicho nunca como medio de acercamiento, pero que acabó con un profundo silencio. Un silencio algo cobarde, diría yo. Pero que le vamos a hacer, ya no hay caballeros valientes como los de antes.