jueves, 17 de enero de 2013

El tiempo.

Que fea es esa sensación de pensar en alguien que sabes que no piensa en ti. O lo que es peor, que sabes que piensa, sí, pero en otra persona.

Que feo es saber que lee todo lo que escribes sabiendo que es para él y que le de igual. Peor es ver que él también las escribe, pero para esa otra persona.

Si lo pienso, creo que esta sensación es incluso peor que cuando te comes un bocadillo de nocilla y sabes que está mal, que te van a salir granos, que toda esa nocilla se te va a ir al culo y caderas y no te cerraran los pantalones... Pero aun así te lo comes, no puedes evitarlo. 

Pues todas estas cosas feas son lo que me pasan a mi. 

Como ya todos sabemos me gustan los riesgos. Las cosas difíciles. Las cosas imposibles. Las cosas que hacen daño. O puede que simplemente sea imbécil y me aburra, y por eso hago lo que hago. Pero eso no evita que siga doliendo.

Dicen que el tiempo lo cura todo, aunque yo nunca he creído en eso. El tiempo ayuda pero no cura, y eso es lo que necesito, tiempo. Tiempo para darme cuenta de que soy tonta, tiempo para darme cuenta de que necesito tiempo. Tiempo para olvidar. Tiempo para que cada cosa que veo o escucho no me recuerde a ti y no quiera comentarlo contigo. Tiempo para echar de más lo que ahora echo de menos...

Maldito tiempo. 

                   






4 comentarios:

  1. No eres tonta! Todos hacemos eso, "solo" hay que cambiar el chip y ¡eso cuesta mucho!
    Un beso!

    ResponderEliminar
  2. A veces, dan ganas de tener una máquina como la de la peli olvidate de mí, y si te he visto, no me acuerdo!

    ResponderEliminar