viernes, 10 de mayo de 2013

Majareta, loca, chiflada.

Os he dicho un par de veces que soy una persona despistada. No sólo la perdida de móvil e intentar llamarme con el mismo me dice que pierdo la cabeza, no. Hay algunos otros episodios que me dicen día a día que soy lo más parecido a un John Dory.

Ya empieza a ser preocupante. El otro día (ya sé que "el otro día" equivale a cualquier momento entre hace 5 años y ayer, pero yo me refiero a la semana pasada), por ejemplo, perdí el bolso. La historia es que fui a tomar café a una de las cafeterías de mi pueblo en la que estuve leyendo un rato y después volví a casa para cambiarme para ir al trabajo. Cuando salí de trabajar, como estaba obsesionada con el libro que me estaba leyendo, me puse a buscar el bolso para coger el Kindle (el 5º, por cierto) pero nada, no hubo manera de encontrarlo. Miré en el salón, en la cocina, en mi cuarto, en el baño, debajo de los cojines del sofá, debajo del sofá en sí, en el baño otra vez, en mi armario, debajo de la cama, en el patio (porque nunca se sabe), ... Nada. Ni rastro del bolso.

Me fui a dormir con pena (que no pene), taquicárdica y con un miedo indescriptible a tener que confesar que tenía que ir a por un 6º libro electrónico. Dormí fatal toda la noche. Soñé con libros, cafeterías y gente llamándome torpe, bueno, eso es mentira, pero no me hubiera extrañado si lo hubiera hecho.

Lo extraño es que en mitad de la noche, porque no podía dormir, me levanté a beber agua, abrí el frigorífico ... ¡¡Y ahí estaba!! Mi compañero de piso promete que no fue él, pero venga ya, ¿en serio me dejé el bolso al lado de los yogures?

También el otro día (este equivale a hace casi un año, por cierto) le pedí al compi que me comprara un par de cosas, así que le di mi tarjeta y mi numero de pin. Al rato me puse a hacer un poco de Internet Shoppping y cuando fuí a pagar, no encontraba la tarjeta. Lo misma historia, la busqué por todas partes, los 5 ó 6 bolsos que tengo, mi cuarto, todos los cajones, debajo de los cojines, el baño, la cocina... ¡¡NADA!! ¡¡La tarjeta había desaparecido!! Como no quería que me robaran, llamé al banco y la cancelé. Que apañá y que lista soy de vez en cuando pensé, Pues lo que soy es gilipollas, porque ¡¡el pobre Nathan no pudo pagar nada de lo que me compró y poco más y lo llevan a comisaría por usar una tarjeta robada!!

En serio, ¿debería mirarmelo? ¿Soy a la única que le pasan esta clase de cosas? ¿Somos más ahí fuera? ¿De dónde somos? ¿De dónde venimos? ¿Qué será lo siguiente? Tengo miedo a que sea verdad eso de que se puede perder la cabeza... Aunque como bien dijo sombrero loco cuando Alicia le preguntó si ella la había perdido:

- Las mejores personas están majaretas, locas, chifladas.

2 comentarios:

  1. Cuando leí lo que te pasó con lo del móvil creo que me cachondee un poco de ti en mi comentario, pues bien, al poco tiempo me pasó algo igual, en mitad de la noche como loca buscando el móvil para ver la hora y al rato largo me di cuenta que la luz con la que estaba alumbrando para ver venía del móvil que tenía en mi mano...
    En el frigorífico?? en serio?? y no se te ha roto? y lo de la tarjeta... VAYA TELA, en serio estás fatal, yo no te pediría nada, no fuese a ser que al cabo de 5 minutos me encontrase con los geos ante una denuncia de robo xD

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  2. Te alumbraste con la luz del mvl? jajaja.. es un sentimiento... raro, verdad? cuando te das cuenta de que eres estupida!! jaja!!
    No se me rompió (ufff) sólo estaba muy fresquito!! Y lo de la tarjeta.. jaja, bueno, una historia para los nietos!!!!!

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