jueves, 21 de marzo de 2013

No soy un animal, ¡soy un ser humano!

No sé si alguna vez habéis sido acusados de Acoso Sexual en el ambiente Laboral (¡espero que no!). Yo sí.

Hace nueve meses, mi compañero de piso (y de trabajo) y yo, teníamos una conversación. Vamos, para ser exactos, él me preguntó que si me apetecía un "Cheff Sandwich". Puede que no fuera una conversación adecuada para una cocina, aunque si lo pensamos bien ¡mejor en la cocina que en otro lado! Por lo visto, una de las cocineras nos escuchó, y claro... se ofendió. Nosotros por no saber, ¡no sabíamos ni que estaba rondando por ahí! ¡Pero sii me lo dijo a mi! ¡A mi!

Tan ofendida estaba la señora por el hecho de que yo no me ofendiera, que no sólo me llamo "anti-mujer", también nos denunció. Como podéis imaginar... Una putada.

Yo siempre pensé, desde el primer día, que era una tontería, que ningún juez seguiría adelante con algo así, pero así son los ingleses, así es la justicia inglesa, y así son las cosas... Por lo que nueve meses después nos ha tocado ir a juicio.

Sinceramente yo estaba cagá, no porque creyera que iba a ir a la cárcel (que también) sino porque nunca he estado en un juicio, nunca he tenido que declarar delante de un juez y sinceramente porque no quería jurar decir la verdad, solamente la verdad y nada más que la verdad... y mucho menos en inglés. ¿Y si la cagaba? ¿Y si no era capaz de hablar su idioma? ¿Y si no me entendían?


El primer día de juicio ella se dedicó a acusarnos de acosadores, maltratadores, ventiladores, radiarores, consoladores... ¡¡como si de Antonia Dell'Atte se tratara!!

A mi me pareció indignante, ¡pero señora! ¡si a usted no se le dirigió la palabra!¡si ni siquiera estaba en la misma habitación! Menos mal que el juez era un señor serio, muy serio, tan serio... que al cabo de 16 horas de testimonios le dijo que dejara de hacerle perder el tiempo.

Gracias a Dios... o a la justicia... o a Picachu, a quien vosotros queráis vamos,  hemos ganado el juicio. No le tenemos que pagar las 30000 libras que nos pide, aunque eso si, muy indignada me gritó que yo no era una mujer, ¡¡que era un monstruo!!

Pues yo no creo que sea un monstruo, ya que soy tan tonta, que cuando acabó el juicio incluso me dio pena verla llorando... pero ahora que lo pienso mejor ¡que se aguante! Que se aguante por haberme hecho ir a juicio, por haberme hecho declarar durante media hora EN  INGLÉS, por haberme hecho jurar sobre la biblia, por haberme hecho levantarme a las 6 am sólo para peinarme y maquillarme y por haberme hecho parecer una enferma sexual (si es que eso existe).

Eso si, he de decir, que ha sido toda una experiencia.

Se levanta la sesión.